Pegasus
Los sujetos generales variables en el cuadro Pegasus en el primer vuelo, son tres, de igual importancia. El caballo alado, sin experiencia de vuelo, pide consejo a la reina del cielo, pero la situación es embarazosa, porque el águila está a punto de ser capturada por el cazador de águilas.
La escena tiene lugar en la cima de una montaña, bajo la mirada impasible del chaman.
Lo que parece claro a nuestro intelecto es absolutamente relativo y relacionado con el estado de gracia de nuestro cuerpo físico. Una idea, un concepto, una creencia, miserablemente pueden colapsar bajo las garras de los sujetos generales variables.
En mis cuadros hay sujetos principales variables y sujetos secundarios variables.
Un sujeto secundario tiene su propia autonomía; sumado a otro secundario forma un sujeto compuesto.
Más sujetos compuestos forman un sujeto principal. Cuando exploramos una pintura,
utilizamos la vista, instrumento que conocemos muy bien, porque vivimos con la mirada, a través de la cual todo es filtrado.
Los detalles capturan nuestra atención, ocultando el sujeto principal: una lucha contra los detalles para conquistar la visión general.
Si trasladamos a nuestro mundo interior la misma técnica exploratoria utilizada para investigar mis pinturas, tendremos los mismos resultados.
Del mundo de las imágenes a aquel de los conceptos. En el mundo conceptual los «detalles» son todo lo que podemos imaginar:
el trabajo, la familia, la silla, el amante, el arte, la enfermedad, un recibo que pagar, etc. Fijar nuestro interés sobre ellos, impide la visión del sujeto principal: nosotros mismos.
Cuando investigamos una pintura, nuestra atención es total por el contrario está ausente en nuestras investigaciones interna.
Se puede utilizar el cuadro como instrumento para bajar a las profundidades de nosotros mismos.
Desdé las imágenes a los conceptos.
Del exterior hacia el interior.
Aquí se puede ver los efectos
de los sujetos generales variables.
Lo que aparece a primera vista
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es solo un caballo y un águila,
pero hay también un chaman
que mira la escena y una cazadora
de águilas en tamaño entero que
hace su trabajo: cazar.
El Centauro
El minotauro
El Minotauro, como el Centauro y la Esfinge, es un sujeto variable por su naturaleza. El se compone de cabeza, cola, piel, pezuñas de toros y el cuerpo de humano.
Hijo de Pasifae y el Toro de Creta, nació con el nombre de Asterión, horrible y feroz, constantemente presa de su instinto animal.
En esta composición aparece más toro que humano, en actitud protectora hacia una adolescente, rodeado de elefantes y otro animales.
En el cómic que hice hace tiempo “Dante y el misterio de lo Absoluto”, el Minotauro es colocado en el circulo octavo mientras se practica una especie de auto erotismo desenfrenado.
Como siempre, lo que se observa no siempre es correcto.